jueves, 2 de febrero de 2012


.hinchar los pulmones y en vez de suspirar, gritar hasta la afonía... soltar ese millón de titubeos y crear un objetivo claro, sin la extremidad de lo conciso... pero claro.

3 rumbos diferentes, 4 contando el mio propio, y una deriva emocional que comienza a tener atisbos de un naufragio próximo. ¿La clave es elegir? esta vez sí. La huida no valdrá por que en la no enseñanza de algo esta la constancia del destino en presentártelo en bandeja, sin adornos... simple, pero con puntos de extrañeza que tengo que intentar unir.

Seguir las flechas, la vibración, el tacto, mi individualidad, mi temor. No puedo abrir más rumbos hasta que no pare este viento inconstante y se vuelva fuerte y perseverante.

No esperéis más... ya se sabe de los naufragios como acaban.