sábado, 31 de octubre de 2009


Dulce salado olor a mar... es curioso como cada ciudad tiene su aroma, son como personas tienen vida propia...poseen un instinto que les proporciona aire, comida. Poseen una personalidad que las hace tener mayor o menor encanto, tienen rasgos de sus antepasados... están corrompidas y resabiadas de todo lo que le va aconteciendo durante su larga vida.

Se pasan el día escuchando, se pasan el día observando... tantas cosas les suceden, que la experiencia es infinita, tanto como su vida...una ciudad nunca duerme, una ciudad nunca muere...y permanece, siempre. Estará ahí para ti, para tus hijos, para tus nietos y tb para los nietos de tus hijos. Les dará lo que ellos pidan sin pedir nada a cambio.


Unas ciudades tendrán más importancia para ti que otras, guardarán cosas que no quieres perder y les exigirás que las protejan.